El esquí con la familia es muy divertido y una gran manera de pasar tiempo juntos. Cuando mis niñas eran muy jóvenes, cuando tenían cuatro años, les enseñamos a esquiar.

Durante nuestras vacaciones, nos pasábamos el día afuera esquiando y divirtiéndonos juntos. Esquiar bien es muy difícil y frecuentemente se tiene que superar miedos y desafíos como una pista muy empinada, o el mal tiempo, o una góndola alta. Pudimos enseñar a nuestras niñas a aprender a manejar sus miedos y los desafíos.

Más tarde, cuando eran un poco mayores, el tiempo en las pistas y en el telesilla era un buen tiempo para hablar porque ellos no tenían un teléfono o un ordenador. Por la noche, cocinábamos en casa y jugábamos a juegos de mesa, todo el tiempo hablando sobre escuela, las noticias, sus novios, y muchas otras cosas. Durante esos viajes, tuvimos la oportunidad de conocer mejor a nuestros hijos.

Es triste que ahora el deporte del esquí es muy, muy caro. Es demasiado caro para la mayoría de la gente. Es una pena que otras familias no vayan a tener la misma oportunidad de pasar tiempo juntos haciendo la misma cosa.